Más preguntas que respuestas
4 MIN | 1386 PALABRAS
Diseñamos este sitio para contar lo que vamos aprendiendo en este camino tan competitivo, pero nos dimos cuenta que también tenemos algunas preguntas y queremos compartírselas.
La disrupción tecnológica que produjo internet hizo, hace y hará temblar a casi todas las organizaciones. Las movimientos pueden llegar a ser muy positivos si las empresas logran capitalizarlos, o pueden quebrantarlas hasta su completa destrucción (Blockbuster, Kodak, ¿están ahí?).
Internet nos transformó. Nuestras interacciones se volvieron más complejas, nuestra forma de consumir cambió radicalmente y nuestra manera de manejar información está atravesando una metamorfosis asombrosa.
A muchos emprendedores les dio la posibilidad de construir un negocio ya que la inversión para ‘existir’ es casi nula y puso a prueba a grandes cadenas de retailers que tuvieron que reformular su estrategia comercial, convirtiendo grandes tiendas en pequeños showrooms.
Lo cierto es que casi ninguna empresa sale ilesa en este proceso. Los consumidores cambian sus hábitos y ellas deben acomodarse, o morir en el camino. En este sentido quiero disparar algunas preguntas a las que ojalá les encontremos respuestas.
La vara más alta
Somos bichos de costumbres. Nos sentimos cómodos en la repetición porque nuestro cerebro sobrevivió en parte gracias al ahorro de energía de no pensar dos veces la misma cosa. Además, una vez que nos habituamos a algo es difícil salir de ese confort. Estamos formateados así biológica y psicológicamente.
¿Qué sucede cuando nos acostumbramos a un servicio más rápido? ¿Qué sucede con un servicio de logística semanal cuando otras empresas envían sus pedidos en menos de 24 horas?
La tendencia es clara: los usuarios exigen cada día más, mejor y más rápido.
Estar a la altura no es un plus, sino un requisito básico Lo que hacíamos hace años hoy quizás no alcanza ni lo más bajo de las expectativas generales. Pensemos si no en aquellas épocas donde bajar una película tardaba un día completo. Hoy si Netflix demora más de 5 segundos en cargar yo reinicio el router.
¿Cómo podemos acostumbrarnos a la mejora permanente? ¿Qué procesos existen para mantener a una empresa en rediseño y mejora continua?
No estar en, sino ser el movimiento
Para pensar un negocio a largo plazo, casi la única cosa en la que hay que pensar es en su agilidad. En su capacidad para transformarse y adaptarse a las nuevas reglas de juego.
Internet nos trae tantos desafíos como herramientas para sortearlos. Afortunadamente, hoy por cada problema hay una solución. Y una tendencia generalizada que tiene el mercado es a la integrabilidad de las herramientas, lo que permite que todo se conecte con todo.
Hace años era impensado que una página web se sincronice con el sistema de gestión, con la plataforma de mailing, que califique a los leads y que se integre con las bandejas de entrada de todos los ejecutivos comerciales. Hoy es una realidad y a un costo asequible.
Continúa leyendo: Generación de Prospectos, la base de toda estrategia digital
Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que con el tiempo iremos teniendo más y mejores herramientas, a un precio cada vez más económico. Por lo menos así lo mostró la tendencia del mercado hasta hoy.
¿Qué aplicaciones hay que usar en cada negocio? ¿Cómo hacemos para integrar y conectarlas de forma inteligente? ¿Cómo elegir herramientas que estén a la altura de nuestra estrategia comercial? ¿Cómo pensar estrategias comerciales a la altura de las herramientas digitales que tenemos?
Pasar desapercibido
Internet permitió democratizar la palabra, lo cual es muy positivo y empoderador en muchos aspectos, pero: ¿qué sucede cuando hay demasiadas personas hablando al mismo tiempo?
¿Qué genera en los usuarios que haya tanta gente queriendo decir algo?
La multiplicidad de voces genera un efecto aturdidor y no queda más remedio que reinventar nuestra comunicación si no queremos pasar desapercibidos. La comunicación más efectiva es aquella que ayuda a establecer o reforzar un vínculo. Ese cambio de foco es la clave de una comunicación exitosa.
Las empresas deben de dejar de querer vender todo el tiempo. De hecho el usuario o consumidor pasa más tiempo ‘no queriendo’ tu producto o servicio, con lo cual no hay razón alguna para hablarle periódicamente de lo mismo y de vos.
Los usuarios quieren información que les sume algún tipo de valor. Creemos que ahí está la clave: sumar valor.
¿Cómo se hace? ¿Cómo se consigue una comunicación que agregue valor a los usuarios y nos permita vincularnos de una forma más sincera y duradera? ¿Cómo poder ser más auténticos?
Cuando lo que necesitamos se llama ‘productividad’
Después de todo lo escrito arriba, podemos concluir que las empresas necesitan ser más veloces, más eficientes, tienen que comunicar pertinentemente e internalizar la cultura de la mejora continua.
A simple vista uno pensaría que se necesitan más recursos, ¿pero es esta la solución?
Muchas veces las áreas que las empresas necesitan desarrollar, requieren más que un solo recurso. En el ámbito digital, por ejemplo, hay especialistas en SEO, SEM, Marketing Automation, Email Marketing, Optimización, Lead Nurturing y podría seguir nombrando un montón de términos en inglés que suenan complejos. Si una empresa que vende tornillos quisiera tener un equipo que se encargue de todo ello, debería contratar al menos un equipo de 5 personas.
Esto es posible para algunas organizaciones, pero no para todas. Algo es evidente: es importante poner el foco en la productividad. ¿Cómo hacer más con los mismos recursos?
Aunque esta nota no pretende dar respuestas, creo que es importante mencionar dónde pueden encontrarse: en la tecnología. Exactamente en el mismo área que nos trajo nuevos desafíos. Es paradójico y hasta incluso un poco poético.
Hacer tareas métodicas y repetitivas hoy ya no tiene sentido. Debemos liberar a los recursos de aquellos procesos desgastantes y dejar que la tecnología se ocupe de ellos. Es importante diseñar cuidadosamente los procesos para que la automatización pueda absorber un caudal importante de trabajo y liberarnos de fricción innecesaria.
Los errores
Equivocarse siempre tuvo mala prensa. Tratamos de no mostrar que hemos fracasado en algo, que hemos trastabillado, que lo que creíamos de una forma no es así. Pero lo cierto es que el fracaso es tan necesario como fundamental en cualquier proceso de aprendizaje.
Esto afortunadamente no es así en todo el mundo. En Silicon Valley, por ejemplo, es muy habitual que un VC le pregunte a un emprendedor por sus fracasos anteriores. “No tengo” dicen algunos inexpertos, a lo que les responden “entonces no voy a ser yo quien financie tu primer fracaso”.
Los modelos de startups actuales tienen en su génesis la necesidad de iterar los procesos rápido, de poder equivocarse velozmente y de empezar a generar profit lo antes posible. Este es un concepto que todas las organizaciones deberían tomar, pero haciendo economía del error.
No hay mejor forma de equivocarse, que equivocarse barato.
¿Qué herramientas tenemos para equivocarnos barato? ¿Cuánto es barato y cuánto es caro? ¿Qué es un MVP? ¿Cómo podemos aprender al menor costo posible?
Tiempos de cambio
La necesidad de transformación continua de las organizaciones es una realidad y, por lo visto, esto algo que difícilmente se detenga.
Diariamente se nos presentan desafíos que nos obligan estar a la altura. Es importante rodearnos de talento y darnos el tiempo suficiente para entender todas las problemáticas en profundidad, ya que solo así podremos generar soluciones a mediano y largo plazo, dos escalas de tiempo que cuesta mucho pensar en un contexto tecnológico tan dinámico.
¿Cómo hacer para acostumbrarnos a la incertidumbre?
¿Por qué escribir una nota con más preguntas que respuestas?
¿Cómo se hace para crecer si no es haciéndose preguntas?